Hoy la cantidad de información que se brinda en newsletters, mailing y demás medios, satura. Habiendo trabajado en publicidad, ¿cuál cree que es la forma más impactante para promocionar un producto o servicio?
Soy un defensor de la publicidad tradicional, creo que el impacto que da la televisión es imbatible. Sin embargo, reconozco que lo que uno sugiere o comenta por Twitter, por ejemplo, tiene una respuesta inmediata en un montón de gente. Yo tengo 36.000 seguidores, que todo el tiempo me consultan qué teléfono celular o último gadget deben comprar. Y en ese sentido, lo que yo conteste tiene una fuerza muy grande. Pero ahí se mezclan dos factores: uno, que no perciben esa información como publicidad, y dos, que confían en mí porque me vieron primero en la TV…
En los ’90 y 2000 hubo una explosión de empresas relacionadas con Internet que luego desaparecieron con la misma velocidad. ¿Cree que las redes sociales correrán esta misma suerte?
Lo que se dio en esos años fue algo muy particular. Fue una timba, una generación de un mercado con una bolsa específica para eso, que subastaba acciones no dependientes de una empresa que vendiera algo concreto, sino de empresas que acababan de nacer y aseguraban un éxito sin ganancia alguna. Hay muy pocas páginas que siguen existiendo de esa época y aún son rentables: Ebay, Amazon, Craiglist… Hoy las redes sociales han armado otro modelo, pero no es una explosión tan grande, porque ¿cuántas redes sociales hay? Facebook, Twitter, Google +... No es el mismo modelo de pequeñas burbujitas que van creciendo y de pronto explotan y se funden. Pero en cambio, sí me parece que se está armando esa burbuja con los sitios de cupones. Porque encontraron un negocio rápido, que da dinero rápido, y se generaron muchísimos. Cuponera, Groupon, Club Cupón, Cuponcito, muchos. Y cuando son tantos, se satura. Creo que eso va a decantar en uno o dos años. El resto está todo más tranquilo, se aprendió mucho del armado y crecimiento del negocio y ya no hay esa locura de plata volando por el aire.
¿Cuáles cree que han sido los tres cambios más grandes del 2011 en tecnología?
Fue un año definitivo de consolidación de las tablets, de la mano de Ipad 2, que para mí fue el producto tecnológico del 2011. Luego de ese lanzamiento, aparecieron más tablets con Android, que realmente están bien y maduras. Ese mercado, que dormía y Apple despertó, hizo que las netbooks prácticamente desaparecieran. Luego, en lo que es electrónica hogareña, todas las marcas de TV sacaron una con Internet, con su propio portal y sus propios servicios. Y como tercero, marcaría la muerte de Steve Jobs, el prócer de la tecnología de consumo y comercial. Fue un hombre tecnológico pero marketinero. Finalmente, lo que termina imponiendo un producto es que venda mucho, y Jobs revolucionó el mundo de la música, las computadoras, el cine, los celulares… Por otra parte, en Argentina fue el primer año en el que empezaron a objetarse cuestiones de derechos de autor. Los viejos elefantes de la industria editorial, del cine y la música, se avivaron que existe Internet y hay que hacer algo porque les están ganando de mano.
¿Qué cambios cree que va a generar esta discusión?
Hace un tiempo leí una entrevista a David Byrne, un músico independiente que estuvo en el circuito comercial. Él decía que el disco es un invento del siglo XX. Y antes de eso ya existía la música, pero el dinero se ganaba tocando. El negocio de los discos era un negocio para las discográficas, por eso Byrne dice que el músico no debería preocuparse tanto. Y si nos fijamos, Madonna, en lugar de firmar contrato con una discográfica, hoy lo firma con una promotora
|